En la primera entrevista que da para un medio latinoamericano, James Kennedy, CEO de Rugby United New York, explica qué lo llevó a crear la franquicia, cómo y porqué lo hizo y qué significa el rugby para él. Todo a pulmón, en la ciudad epicentro del mundo.
«Estoy muy emocionado y también nervioso» dice James Kennedy, CEO y mentor de Rugby United New York o simplemente, RUNY, la franquicia neoyorkina que debutará como tal el domingo 27 de enero en la MLR (Major League Rugby) la liga profesional de EEUU que comienza hoy su segunda temporada, con el partido entre NOLA Gold (New Orleans) y Toronto Arrows, de Canadá, otra de las franquicias debutantes en la liga.
James es un apasionado del rugby. Es irlandés, es uno de los dueños de una empresa constructora basada en la Gran Manzana, con lo cual es, desde hace mucho tiempo, un neoyorkino más y es, además, un ferviente colaborador del rugby de base en la región. «Hice y hago todo lo que hay que hacer. Acepto los desafíos de acuerdo a los tiempos en que se van planteando porque creo que alguien tiene que hacerlo. Por eso, todas las semanas recorro escuelas, colegios, clubes, voy a todos lados propagando el mensaje del rugby, contando lo que es, lo que queremos hacer, les muestro la pasión que tenemos por hacer esto, porque sea representativo de la comunidad… Amo lo que hago y la verdad es que sí, por supuesto que es un trabajo arduo y ha sido así durante el último año y meses que llevo trabajando a fondo para la franquicia, pero no se trata sólo de la franquicia«.
Claro que no. James sabe que estaba destinado a ser parte de la MLR y si eso iba a pasar de manera irremediable, iba a pasar a su manera «Cuando me llamó el comisionado de la MLR y me dijo que yo tenía que tener un franquicia, después de haber dicho que no al Pro12 (NdlR Liga profesional que fue un experimento fallido en 2016, pero que sentó las bases para la MLR)… Lo pensé, lo medité, y finalmente me dije que bueno, que si tiene que ser, que sea, pero que deje algo para la comunidad«.
Valores. Eso es lo que quiere que deje. Algo que es esencial en una ciudad que tiene más de un millón de ex jugadores y jugadoras de rugby o que han estado involucrados con el rugby en algún nivel: escolar, colegial, universitario o de club. «Y soy conservador con el número. Seguro son más» asegura. «Hay cientos de miles de irlandeses, ingleses, galeses, australianos y de locales que se han involucrado con el rugby en su vida. Y queremos que nos vean como suyos, como su club«.
Eso es parte fundamental del norte de Rugby United New York. Y el «United» tiene que ver con eso. Todos unidos por la misma causa. Unir a las familias, unir a la gente, unir al club. «Lo he propuesto, todos hemos estado de acuerdo y hemos decidido que RUNY tenga identidad de club, que represente los valores de unión por algo, de trabajo duro, respeto, camaradería, de esa vida de club que hemos transitado durante nuestro tiempo como jugadores… terminar el partido e ir por unas cervezas, charlar, conocer a los otros, a los tuyos, relacionarse, todo lo que el rugby da y es algo mundial: pasa en todos lados. Ese es el espíritu que queremos darle al equipo, y los jugadores han entendido el mensaje, se han hecho parte…Tanto es así que el grupo, que tiene jugadores de diversas nacionalidades -espíritu cosmopolita como NY pero con arraigo estadounidense en sus filas- tiene también una convivencia sensacional en el club y fuera de ella, acorde a lo que deseábamos que pase» comenta James, que no sólo se cargó la responsabilidad de CEO, sino que fue mucho más allá.
Hay que moverse bastante, lejos de la figura de lo que creen que es un CEO. «En un entorno logístico difícil como en Nueva York, hubo que buscar lugar para entrenar, lugar para jugar, hubo que comenzar a generar la identidad de RUNY con la gente, y eso no se hace de un día para el otro, lleva tiempo», afirma y asegura que el rugby «hoy no es súper popular, pero es popular. Es conocido. Saben quiénes somos».
Pregunta él por la Liga Americana de Rugby. Le contamos que todavía está en veremos, demorada y sin definiciones reales o no al menos, en Argentina. No duda y afirma que «Tiene que hacerse. Y pienso en términos de algo más grande en algunos años, algo a nivel continental, un campeonato como la Heineken Cup en Europa. Estamos todos en casi los mismos husos horarios, hay muchos fanáticos del rugby allá en el sur. ¡Tienen que hacerla!» enfatiza, mezcla de expresión de deseos y como fanático del rugby, de más competencia.
Viene a cuento la pregunta porque él explica y se explaya: «El modelo de la MLS (Major League Soccer) es un gran modelo a seguir. Pero atención: el éxito no se puede comprar con dinero. En eso somos diferentes al fútbol y a los otros deportes. Acá vamos a llegar al éxito a través de un plan ajustado, pensado, concienzudo. Todos los dueños de las franquicias somos muy distintos, muy diversos, pero es en el espíritu del rugby donde todos encontramos un lugar común, una motivación para que esta liga sea exitosa. Todos queremos construir lo mismo. No hay miles de millones para gastar y de todas maneras, eso no asegura nada» dice James.
El día del debut de RUNY ante San Diego Legion en el sur de California, será el domingo al mediodía. «Son seis horas de vuelo, viajamos el sábado«, explica James que con un pie en el avión, ve su sueño cerca de dar el primer paso, ese sueño que para él comenzó en noviembre de 2017 y que está a punto de cristalizarse.
Por Eugenio Astesiano
@ugeastesiano
Ph cred: RUNY