Apenas más de Mil

Por Eugenio Astesiano

No sabemos si es mucho o poco y tampoco tenemos claro si eso acaso importa. Sí, sabemos que esos mil suscriptores que nos siguen en nuestro canal de Ivoox han sido evangelizados en base a un trabajo honesto y meticuloso de ver horas y horas y horas de rugby para poder, desde allí, sacar conclusiones y compartirlas con ellos.

Siempre hemos ido en crecimiento. Deseado, pero quimérico. Muchas veces a punto estuvimos de mandar todo a tomar por culo (como dicen la gran mayoría de nuestros seguidores, espeñoles) pero como dice el proverbio ruso al que tanto hacemos gala «Si ves que tu barca se hunde y quieres rezar, reza. Pero nunca dejes de remar hacia la orilla».

Costó y cuesta remar, para qué nos vamos a engañar. Pero lo cierto es que nunca hemos dejado de hacerlo.

Así, desde 2012, desde la primera edición del Rugby Championship, cuando Hablemos de Rugby vio la luz.

El objetivo era en aquel momento, un poco personal: hablar de rugby (de juego, de Los Pumas, de rugby internacional) porque en el programa que estaba no me dejaban hacerlo por motivos varios. Uno de ellos, el tiempo.

Entonces, primero hubo que pagar por ese tiempo de aire. Muchos años. Los suficientes como para que se prendiera la laparita de transformarlo en Podcast primero y de pago, inmediatamente después, por obra y gracia de Javier.

Hablemos de Rugby no es sólo lo que se soñó en un principio. Ya lo era y, como un Pokémon, ha evolucionado y ha ido dejando pequeños retoños. Revista H, Play Rugby SER, Eden Park.

Ya vendrán otros también. O renacerán aquellos que duermen el sueño de los justos.

En definitiva, como si fuésemos un pack de Obélix con una pelota de rugby como menhir, seguiremos caminando vaya uno a saber hacia donde.

Ojalá, hacia el paraíso del rugby. Mientras tanto, iremos disfrutando del camino y de la vista junto a Javier Señarís, José Antonio Vera, Urbano Nuviala, Phil y los Paganinis que ya son parte de la familia.

No se tiene que ir a ningún lado

Por Eugenio Astesiano

@ugeastesiano

Cambiar todo o no cambiar nada no parece ser la solución. Y además, ¿cambiar qué de Los Pumas? ¿Jugadores? ¿Miembros del staff? ¿El staff entero? ¿La estrategia general de juego? ¿Las tácticas?

¿Qué? Veamos.

Si hay algo que hemos aprendido a los tumbos es que los cambios radicales, intempestivos, los timonazos exacerbados, los impulsivos, nunca llevan a buen puerto.

¿Qué pasaría si mañana se despierta Ledesma y dice «hasta acá llegué, me cansé, listo, renuncio»?

Seguramente, nada bueno.

Igual que nada bueno ocurrió cuando lo tuvo que hacer Hourcade en la sala de prensa de Colón de Santa Fe ni cuando lo hizo Tati Phelan en la sala del segundo piso de la UAR en Dardo Rocha.

«Ledesma tiene que renunciar e irse ya» desprotrican y auguran los más audaces y osados, a viva voz. Muchos otros, por lo bajo, sin que se escuche mucho, pero lo suficiente como para que se oiga.

OK. ¿Y quién asume si se va Ledesma?

«Cualquiera». Ajá. Cualquiera. Como si fuese muy fácil reemplezar un Head Coach por otro así de buenas a primeras.

Ya hemos visto que, con un plan alternativo aunque más no sea de emergencia que se torna en efectivo luego, la nave no siempre va a buen puerto a mediano plazo. Imaginemos, entonces, sin un plan alternativo.

La experiencia indica que es mucho, pero mucho más fácil buscar esas alternativas en las tácticas que alteren – o no- la estrategia, con cambios de jugadores y puestos y probaturas varias, que cambiar un entrenador o su staff o todo, en medio de un proceso mundialista.

Ledesma no se tiene que ir a ningún lado. No ahora.

Ledesma cuenta como Head Coach con una ventaja adicional que no tuvieron Phelan y apenitas, Hourcade.

La cantidad, la base de jugadores sobre los que puede elegir, que es inmensa.

La de jugadores que produjo y produce el sistema de Alto Rendimiento de la UAR es digna de reconocimiento y más, en este contexto.

Siempre hablamos de camadas exitosas de Pumitas. Con revisar las últimas cinco, tomaremos dimensión del trabajo y las opciones.

Dicho esto, la selección de jugadores de un entrenador siempre es criticable, pero hasta cierto punto. Lo importante es qué hace el entrenador -y sus asistentes- con sus elegidos. Si cumple con los objetivos, o no.

Esto es, sin que importe demasiado quiénes, lo que cuenta es qué propone táctica y estratégicamente y si las piezas encajan en lo que propone.

Si los jugadores no encajan, o lo que propone -sus objetivos- no se cumplen, o ambas cosas, es por ahí donde hay que apretar las clavijas y afinar.

Mario Ledesma es quien tiene que hacer que las cuerdas elegidas entreguen las notas deseadas. Si no lo puede hacer, tiene otras cuerdas para probar. Nunca o poquitas veces, las cosas funcionan de una.

El año pasado Los Pumas tuvieron un buen año desde los resultados y en algunos momentos, desde el juego. Lo que pasa es que nadie se acuerda porque esto es Argentina y vivimos revolcados entre las olas.

Hace apenas once meses, las notas sonaban bien porque las cuerdas estaban afinadas. Puede volver a pasar, con cuerdas nuevas o seminuevas, bien afinadas una vez más.

Hay por delante dos partidos contra Australia, y Australia sirve como ejemplo.

De la mano de Dave Rennie ha recorrido en más o en menos, desde su asunción como Head Coach, un camino tortuoso desde los resultados, pero auspicioso desde lo estratégico. Diríamos, muy auspicioso.

En este momento, Ledesma puede imitar ese proceso.

No se trata de ganar o perder. Se trata de encontrarle la vuelta al juego con los jugadores que él eligió.

Por historia, por estadísticas y por muchas razones, Los Pumas siempre han perdido más de lo que han ganado. Lo que queda en la memoria es el juego. Siempre el cómo prevalece ante el resultado puntual.

Dave Rennie parece el ejemplo a seguir. Mario Ledesma tiene a la mano posibles soluciones a sus problemas de hoy: darle confianza a los más jóvenes y hacerlos jugar.

Ellos van a responder en el campo como han respondido hasta acá. Los Pumas finalizaron su partido ante los All Blacks con Gonzalo García, Santiago Carreras, Santiago Chocobares y Lucio Cinti como 9, 10, 12 y 13, respectivamente.

Está a la vista que puede funcionar.