Voy a hacer todo lo que no se debe, entre ellas, escribir en primera persona del singular.
Es así nomás: @hablemosderugby, la cuenta de twitter de Hablemos de Rugby, cumple hoy -21 de febrero de 2022- diez años de creada y es por eso que considero que es la fecha de nacimiento de lo que es actualmente todo Hablemos de Rugby, inclusive este blog que tiene estertores de reinicio permanente.
¿Personas a las que agradecerles por esto? Infinidad.
Me voy a permitir mencionar a algunas sin las que no habría habido, ni habría actualmente, Hablemos de Rugby.
Gastón Zmuda, colega que sabe muchísimo de rugby y que cuando empezamos en la radio se puso la producción al hombro. Hoy, de los mejores en lo suyo.
Sergio Espector, un entrenador con una visión del juego que es fascinante. Pasó de lector/oyente a compañero de estudio de radio y consultor. Un docente que me ayudó y me ayuda mucho a entender el rugby. Otro de los mejores en lo suyo.
Mario Ornat, sin cuyas reflexiones, pausas, explicaciones y argumentos todos seríamos más pobres intelectualmente. De las mejores plumas como storyteller. Revista H Rugby es el ejemplo, aunque para mí, siempre será @quieroserpillier
Urbano Nuviala, el doctor pasó también de oyente/lector a miembro estable. Todo queda mejor con sus conocimientos, buen humor y energía.
Phil. El «viva antes» que nos baja a tierra a todos y nos contiene. Es la voz cuerda de este coro. Al decir Phil y que todos sepan quien es… eso es para pocos.
José Antonio Vera es lo que me hubiera gustado ser como periodista deportivo y desgraciadamente, nunca seré. Conduce, produce, dirige y todo lo hace bien. Si hablemos de Rugby es de calidad, se la debemos a él. Te admiro infinito.
Puedo escribir un rato largo de Javier Señarís, pero elegiré ser breve.
Lo que Javier hace, no existe otro que lo haga. Nadie. Nadie en el mundo. Con él, las mil y una tormentas vivimos y las mil y una sorteamos, codo a codo. Nunca me alcanzarán las palabras para agradecerle. Hacemos un buen Ying y Yang. 10 años lo acreditan.
¡Te quiero amigo! Gracias por tanto.
El final, para ellas. Sin su paciencia, comprensión, apoyo, impulso, aporte, sonrisas, enojos y demás, jamás hubiera habido nada de todo esto. Vale, Nat, Valen y obvio, Meibel.
Hablemos de Rugby es parte de una vida, mi vida, que es una vida llena de rugby. Gratitud infinita para todos los que ayudaron y ayudan a que siga vigente.
Gracias, gracias y más gracias.
Eugenio Astesiano