Hablemos en 2022

Hablemos de Rugby se distingue y se ha distinguido -desde su nacimiento en 2012- por hacer alarde de la calidad de sus contenidos.

Ha sido nuestra exigencia y lo hemos convertido en nuestro lema.

Cuando dijimos y decimos que «Hablamos de lo que vemos» es porque creemos y estamos convencidos que así debe ser y que es la única manera de emitir una opinión fundamentada.

Sin mirar rugby no nos podemos hacer una idea de lo que pasó y sin ese background, no seríamos confiables y nuestra opinión no tendría sustento.

Opinión con sustento. Nuestra opinión. La nuestra.

«Pero son muy subjetivos», nos dicen. ¿Subjetividad? Sí. Toda opinión es subjetiva y toda opinión es discutible. Nosotros opinamos y decimos lo que creemos y brota desde lo más profundo de nuestros corazones rugbísticos.

No somos ni pretendemos ser agradables ni políticamente correctos. Tampoco vamos a coincidir siempre con nuestro público ni entre nosotros. A veces coincidiremos, pero a veces no.

¿Es posible eso? No sólo es posible, es fundamental.

«Hacen algo para un nicho dentro de un deporte de nicho», nos dijeron muchas veces. Algunos lo han hecho con buenas intenciones y otros con esmerado desprecio hacia lo que creemos que es lo que tenemos que hacer.

¿Por qué? Porque desde 2012 hemos seguido ese derrotero. Tratar de usar buen lenguaje rugbístico, dar apreciaciones fundamentadas, todo con una subjetividad notoria, pero argumentada.

Queremos hacer y creemos que hacemos el mejor podcast de rugby en idioma castellano. Ha sido y es nuestra vara, nuestra exigencia. Diez temporadas (entre radio y podcast y todas sus ramificaciones) nos sirven de plataforma para mantener ese deseo, intacto.

Entendemos que se puede construir desde el disenso, las ideas diversas, el debate e incluso, desde el silencio. No pretendemos tener razón ni queremos convencer a nadie de que nuestros argumentos son los válidos.

Tenemos fallas, faltas, debilidades, aciertos y buen ojo, todo en su justa medida. Intentamos ser genuinos y adaptables a las realidades que se nos presentan.

Nuestro público mutó en estos últimos años. Ahora y desde hace rato es mayoritariamente español, lo que supone para este equipo de trabajo un desafío adicional, aunque no lo parezca.

Nuestro público también creció. Está cada vez más informado, es más exigente y nos audita cada palabra semana a semana. Si no fuésemos exigentes, ese público -devenido hoy en #FamiliaPaganini- que hace un estipendio mensual para escucharnos, no existiría. Se habría evaporado, esfumado tan rápido como lo hacen las palabras sin sustento.

Todo esto es para decirles gracias a todos por estar, acompañarnos, exigirnos, alentarnos y darnos un lugar en sus vidas. Ustedes nos dan lo más valioso que tienen: su tiempo. No estamos como para defraudarlos.

Gracias inmensas por acompañarnos una temporada más. Un abrazo para todos.

La paciencia fue la virtud

Imagen

«Despacio, se llega» dice el refrán. Otro dice «No se ganó Zamora en una hora». Otra frase, esta vez de Benjamín Franklin, es más concluyente: «Quien tiene paciencia, obtendrá lo que desea.»

Después de arduas gestiones, negociaciones, idas y vueltas y mucha, pero mucha paciencia y poder de convicción, de la mano de Agustín Pichot el rugby argentino ha conseguido nuevamente un hito: incorporarse al SuperRugby desde el 2016.

Restan negociaciones y habrá que esperar para saber si Argentina podrá convertirse en miembro pleno del SANZAR desde ese año también. Algo que no es menor ya que actualmente la UAR no forma parte del órgano ( o sí, pero como invitada) que nuclea a Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda.

Pero se dio otro paso más. El rugby argentino primero se arrastraba, luego empezó a gatear, luego caminó a los tumbos y ahora ya puede decir que aprendió a dar los primeros pasos firmes. Enhorabuena.