Provincia, Siglas e Historia

La Unión Cordobesa de Rugby (UCR) ha sufrido una (in)esperada escisión que, a flor de ser sinceros, se veía venir, por intransigencia de unos y de otros. Ahora, en la Docta, habrá dos uniones: Una –la UCR- seguirá con los clubes que militan en la Primera División. La otra, la nueva (la URIC: Unión de Rugby Integradora de Córdoba) cobijará a aquellos clubes que militaban en el Ascenso.

Va de la mano con la Provincia, las siglas y la historia. Si hay una Provincia en Argentina relacionada directamente con la UCR (Unión Cívica Radical) y el Radicalismo, es justamente, Córdoba. En 1956 este partido político se dividió entre la UCRP (Unión Cívica Radical del Pueblo, de origen Balbinista) y la UCRI (Unión Cívica Radical Intransigente, de origen Frondizista) y como tales, fueron separadas a las elecciones de 1958, que ganó la UCRI.

Esta separación no le dio ningún tipo de sustento a quién resultó ganador de aquellas (Arturo Frondizi) porque al constituirse sus antiguos correligionarios en sus nuevos enemigos políticos (y como no hay peor astilla que la del mismo palo) la realidad terminó por que ambos –ganadores y derrotados- se dieran de bruces contra aquello que ambos querían conseguir, que era la estabilidad política y democrática del país, cuando el Golpe de Estado de junio de 1962 selló la suerte de ambos.

El fondo de este artículo pretende rescatar estos datos de manera caprichosa, para que el corolario, la conclusión, sirva a modo de moraleja. Pedimos reflexión en Córdoba.

¿O será mucho pedir?

EA

¿Argentino hasta la muerte? Ni a palos…

Pocos campeonatos argentinos han tenido menos cobertura periodística, nivel rugbístico, mala prensa y espantosa organización, que éste.
Todos atributos ganados desde –dicen, en parte- la predisposición de siempre de la ex omnipotente URBA respecto a no transar las fechas de organización de su campeonato y de la agachada de cabeza de la UAR, asintiendo sin decir nada.
Esta inexplicable connivencia entre UAR y URBA, ¿con qué tendrá que ver? ¿a qué se deberá?
Lo cierto es que así como está diagramado, organizado, televisado, difundido y todos los adjetivos de implicancia negativa que quieran sumarle, este torno no funciona más.
No es atractivo para los espectadores –ni siquiera en Tucumán y su fanatismo- ni tampoco, por ejemplo, en Córdoba, que será –de no mediar sorpresas- el campeón.
De Buenos Aires ya no decimos nada. El devenir del Seleccionado porteño interesa menos que una película iraní en un micro de viaje de Egresados.
Además, el equipo porteño no ha jugado bien. Y no es –solamente- responsabilidad del Staff, sino de los jugadores convocados, que no han sabido “enamorar” (valga el término) a lo largo de los partidos al público con una propuesta atrayante.
Y nos preguntamos ¿hasta cuándo se van a seguir citando exclusivamente jugadores de Grupo I?
Sólo José María Merlo (de Mariano Moreno, el año pasado en GI y ahora en II) y ahora Nico Azzorín (de Liceo Naval, GII, pero con experiencia PLaR) han engrosado sus filas. Ante Tucumán –en un tristemente devaluadísimo choque- hubo entre los suplentes de las Águilas, jugadores del M21 y casi ex jugadores, como Gambarini, del CASI, que vuelve a las canchas tras una larga ausencia.
Poco serio.
De haber convocado jugadores de Grupo II, III y IV, den por seguro que el rendimiento del equipo hubiera sido otro, para mejor. Por supuesto…
Igual que con las sedes para jugar estos encuentros. Cualquier club de GII, III o IV hubiera estado orgulloso y hasta gratificado por recibir un partido de las Águilas. ¿Ejemplos? Podemos nombrar más de cuarenta clubes que hubieran estado encantados de ser sede.
En la UAR ya no pueden mirar para otro lado. Y en la URBA, deben dejar de mirarse el ombligo. Un poco de sensatez, un poco de dignidad y mente abierta no vienen nada mal.

Gales y el ABC

El Seis Naciones finalizó con lo que varios se esperaban. Un conjunto gales que combina las mañas que sólo la experiencia puede traer, con el hambre y la explosión juvenil. De principio a fin, el Dragón hizo un trabajo fino, exceptuando quizás el cotejo ante Italia, donde se pronosticaba una paliza.

Warren Gatland, head coach de la Welsh Rugby Union, terminó de moldear el proyecto que había comenzado Graham Henry a fines de los 90′, potenciando un discurso hegemónico en el rugby, como lo es el de “hacer las pequeñas cosas, bien”.

Ese ABC que nos inculcaron desde niños, parecería tener -hoy- un fundamento sólido que lo avale. Actitud y Aptitud fueron armas para sobrellevar y dar vuelta partidos adversos en terrenos difíciles para cualquier equipo. La victoria frente a Inglaterra en Twickenham no es algo menor. Sintetizó el momento de uno frente a otro, reflejó a un Gales
armado y ambicioso frente a una Rosa que comienza a fortalecer sus pétalos y crecer. Tuvo momentos de fragilidad, y supo repararlos, como tambien momentos en los que parecia una barrera impenetrable, en los últimos minutos del partido.

La B y basándonos ya en el modelo elaborado por Eliseo Pérez, sería la Base de Formación, aquellos focos de obtención y posesión que un equipo tiene dentro de los 80 minutos que dura un partido.
Una primera línea con años de experiencia, una segunda combativa con Alun Wyn Jones y una tercera con Faletau de octavo, Warburton jugando a lo McCaw y Lydiate tackleando a la altura del cordón de un botín hacen que el Dragón tenga un pack impresionante, sea en el scrum o line, como también desplegado para atacar en el ancho de la cancha.

Sin pelotas de calidad, no hay backs que se puedan lucir. Sin pelotas en la mano, sólo queda ser ordenado y tacklear ofensivamente buscando el error ajeno. Cuando Gales tuvo la
pelota en su poder, no sólo hizo el rugby básico de tomar y darla ó dar cátedra del off-load, sino también le dió la pauta a los tres de atras que intervengan en cualquier sitio de la cancha, como las entradas del gigante Cuthbert en el canal 1, correspondiente al axial externo del apertura.

Con la C, resta hablar de la Confianza y la Concentracion. El rugby no es solamente medir 1.90m, pesar 110kg y hacer salteos como tackles ofensivos. Es una práctica que requiere esfuerzo físico, y también mental. Por eso lo juegan todos, desde el más gordo hasta el más flaco, del enano al enorme. La confianza en uno mismo es lo que hace rendir a los que van al apoyo. La concentración en un partido de nivel mundial, como lo son éstos del Seis Naciones, es vital para rematar un partido, o en caso inverso, poder darlo vuelta.

Gales demostró tener sed de gloria, que lo sucedido en Nueva Zelanda hace unos meses no fue algo esporádico, y que quiere llegar al 2015 a Inglaterra, con serias intenciones al título. Una cultura poseída por el deporte ovalado, que toma al rugby como su práctica favorita al estilo neozelandés, no sólo genera una sana presión a los jugadores, sino también el respaldo de sus almas.

Su Grand Slam, su Triple Corona, su puntaje ideal en los cinco partidos disputados y lo que generan al pisar el Millenium de Cardiff o cualquier estadio, hacen de Gales un equipo sensación, pero que también busca quedar en la historia, como lo hicieron en la década del 70 y 80.

Resta saber que porcentaje de jugadores selecciona el mismo Gatland para la gira de los British & Irish Lions en Australia, y si Gales tiene programados partidos en el Hemisferio Sur para estos años que siguen, ya que hoy sabemos que el Dragón es la bestia de Europa y que en el ámbito ovalado, para ser el mejor hay que ganarles a los tres que juegan debajo del Ecuador, Sudáfrica, Australia y el campeón del mundo, Nueva Zelanda.

JIC